Capítulo 86.

Hola pequeños y pequeñas.

Después del pedal del viernes, al parecer había quedado con un westero de Madrid, Euron. Yo no me acordaba de nada, en serio.
Me lo dijo por privado y fue una de: ¡¿En serio quedé contigo?! ._____.
Así que concretamos que el lunes sería un buen día.
Me levanté a las 8:30 de la mañana para no llegar tarde. Me duché, me traspuse en la ducha, me vestí con lo primero que pillé; me maquillé. OJO AL DATO: ¡¡Me maquillé!! Mari sabe que yo jamás me maquillo a menos que me lo hagan.
Bueno, el caso es que llegué incluso bien. ¡¡VIVA EL CERCANÍAS!!
Justo en el momento de llegar, mi móvil se rayó un cacho y no me cogía la cobertura para datos así que me tocó sacarle la batería y encenderlo. Menos mal que, por casualidades del Destino, ya me había fijado en él. No solo por la BlackBerry sino porque, bueno, las chicas me entenderán. Siempre hay alguien que te llama la atención viajes donde viajes, o donde estés.
El caso es que le reconocí pero me daba vergüenza acercarme por si no era. Así que, reiniciando se acercó él a mí.
-¿Eres Lara?
-Y tú, Rubén, ¿verdad?
Parece que empiezo a sentir debilidad por los Rubén. Últimamente, todos los chicos que tienen ese hombre me gustan, sea por lo que sea. La verdad es que es normal que me fijase en el muchacho: es bastante mono, de ojos azul grisáceo y colmillos estilo vampiro. Sí, me gusta fijarme en los colmillos de la gente.
Estuvimos dando una vuelta, fuimos de Nuevos Ministerios a su Facultad, donde me invitó a una cerveza, a las 12 de la mañana, en bus, de allí fuimos a Moncloa, subimos por Princesa hasta la plaza de la Luna para que se comprase un collar de madera de su casa de westeros: los Greyjoy. En todo el camino hablamos de todo un poco pero, como siempre que me atrae un chico, el tema sexo aparece antes de lo que me gustaría. Luego de la plaza de la Luna fuimos al Retiro donde estuvimos hablando de roles y cambios en ellos.
La verdad es que como user, estoy mazo de picada porque no creo que los pornsamples se me den muy bien como a algunas de las chicas que rolean con él.
Llegué a mi casa a las 16 de la tarde y me tocó inventar una excusa para que mis padres no se picasen.
La verdad es que conocer a Rubén me moló mucho.
Me invitó a que, cuando quisiera y él estuviera libre, a irme con él y sus colegas. Así que, creo, que le caí bien.

Un besazo.