miércoles, 3 de julio de 2013

#1

—¿Y qué podría decirte, si no me escuchas? Te quedas mirándome en silencio mientras sigo fingiendo que todo está bien —le mira, mientras él sigue en su silencio eterno—. ¿Cómo hemos acabado así? ¿Qué nos mató? Bueno, no a nosotros, sino a nuestra relación. Creo que fue el sentir que seguir juntos durante toda una vida nos empezó a hacer sentir inútiles. Y sí, te quiero, te quiero tanto que daría mi vida por ti. Pero no para desperdiciar mi vida, lapidada en una relación que no quieres conservar, que nos hace sentirnos fuera de órbita. Sé que ya no podemos ser como al principio, que los sentimientos cambian, que la libertad nos llama por el nombre y que hay otras cosas que queremos experimentar.
—Pero, ¿de verdad crees que quiero experimentarlas con otra mujer que no sea contigo?

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