Se besaron. Bueno, más bien, ella le besó a él. Y el mundo se paró. No se podía oír a la gente, ni el ruido de las maletas, ni el traqueteo de los trenes que salían. Él abrió los ojos y la miro. Nunca hubiera esperado algo tan lanzado de alguien como ella, tímida y reservada, poco dada a hacer locuras. Por fin se separaron y ella le miró dulce.
—No vas a coger el tren.
Él se quedó mirándola como si fuese de otro planeta.
—Venga, corre.
Ella se echó atrás y dejó paso para él y su pequeña maleta plateada.
—Sí —respondió él secamente.
Eran las 7:28 de un lunes cualquiera, en una estación de tren de Madrid. La gente se aglomeraba y buscaba su manera de poder ir a su trabajo.
Eran las 7:48 de un lunes cualquiera, en una estación de tren de Madrid. Ella paseaba por Madrid con el alma decaída. No había conseguido llegar a tiempo así que se consolaba pensando que eso había ocurrido. El beso era su invención, aún sabiendo que él jamás la correspondería. Y lo sabía. Pero prefería juguetear con la idea de que algún día le tendría.
—No vas a coger el tren.
Él se quedó mirándola como si fuese de otro planeta.
—Venga, corre.
Ella se echó atrás y dejó paso para él y su pequeña maleta plateada.
—Sí —respondió él secamente.
Eran las 7:28 de un lunes cualquiera, en una estación de tren de Madrid. La gente se aglomeraba y buscaba su manera de poder ir a su trabajo.
Eran las 7:48 de un lunes cualquiera, en una estación de tren de Madrid. Ella paseaba por Madrid con el alma decaída. No había conseguido llegar a tiempo así que se consolaba pensando que eso había ocurrido. El beso era su invención, aún sabiendo que él jamás la correspondería. Y lo sabía. Pero prefería juguetear con la idea de que algún día le tendría.
En algún momento imagine que ese chico(amor de niña) estaría conmigo, nunca ocurrió...
ResponderEliminarSiempre escuche que "todo pasa por algo" y ahora lo comprendo ;)