jueves, 2 de abril de 2015

Fuck Off ~Nuevos comienzos.

El despertador suena. Estoy harta de levantarme a las 6 de la mañana para ir un instituto que no se encuentra en mi pueblo, sino en su ciudad más cercana, de tener que esperar al autobús y de que llueva cuando es primavera. Sí, es primavera.
Me levanto con la pesada carga de empezar un nuevo día. Demasiado nuevo.
Abro la puerta del armario y me encuentro con los miles de conjuntos coloridos, los vestiditos cortos y de escote pronunciado, con las camisetas translúcidas y las blusas con cuello de babydoll.
—Estoy harta de esta ropa —digo mientras rebusco en el armario. No sé qué ando buscando pero rebusco. Entonces las veo. Escondidas en un cajón, al fondo. Mis camisetas de Paramore, de Pretty Reckless, de Rammstein, Motörhead, Panic at the Disco!, Flyleaf...—. Aquí estabais. Siento haberos tenido aquí escondidas. Es hora de que volváis a ver la luz del sol.
Escojo una al azar aunque tengo ganas de ponerme todas. Me pongo el vaquero, la camiseta que veo que es de Panic at the Disco! y unas converse azules oscuro. Sonrío al verme de nuevo en el espejo de cuerpo entero y ver que he vuelto a ser yo.

Bajo a la cocina, recorriendo el pasillo y las escaleras corriendo, entrando en tromba y asustando a mi madre:
—Buenos días, Darlene.
—Hola, mamá -saludo mientras me sirvo mis cereales en un tazón con leche. La doy un beso mientras se termina el café.
—Estás de buen humor. Mira que es raro —bromea mientras termina su taza de café—. Me alegro de que por fin vuelvas a sonreír.
—Yo también, mamá.
—Oye, hace mucho que no llevabas esa camiseta.
—Lo sé pero creo que es hora de volver a mi yo original.
—Muy bien pero date prisa o perderás el autobús.
Miro el reloj.
—No, hasta dentro de unos 20 minutos, mientras puedo comerme los cereales tranquilamente.
—No sé yo si dejarte sola —me mira de refilón—. Tú eres capaz de no ir a clase.
—Por Dios, mamá. Creo que te he demostrado que nunca he faltado a clase.
Esto no es del todo así. Falto algunos días pero ni se me ocurre arrimarme por casa, por si acaso; siempre voy a casa de Elliot. Sí, para lo que pensáis. Mi madre me revuelve el pelo y me sonríe. Desde que David está fuera, parece que las cosas se han destensado con mi madre. Según él, tenía una convención en Los Ángeles pero yo no me creo nada.
—Bueno, me marcho que no llego al trabajo —da el último sorbo a su taza y se marcha, no sin antes darme un beso en la frente—. Luego te veo pequeñaja.
—Adiós, mamá —me siento y engullo los cereales con virutas de chocolate con leche con hambre feroz. Lo meto todo en el lavavajillas, subo y cojo la sudadera y la mochila de mi habitación. Corro hasta la puerta de entrada y cojo las llaves que están en un cuenco de cristal. Salgo y cierro la puerta. Un ruido de una puerta que cierra en la casa de al lado. Me aproximo intentando no hacer ruido y le tapo los ojos.
—¿Quién soy?
—Hola, Darlene —el chico me besa en la mejilla. Su pelo rubio se mece con el aire que hace y me fijo en sus ojos azul mar.
—Buenos días, Nico —le saludo y marcho hacia la calle.
—¡Qué manía con llamarme Nico! No me gusta —replica con tono malhumorado mientras avanzamos a la parada del autobús del colegio—. Llámame Nick.
—Para mí siempre has sido Nico —le contesto con una sonrisa en los labios—. ¿Por qué quieres que te llamen Nick?
—¿Sabes lo ridículo que queda Nico al lado de una chica mona llamada Darlene?
—Eres un idiota redomado —le sonrío. Corremos un poco porque se nos está haciendo tarde para coger el autobús que nos llevará a un pueblo más grande para ir al instituto. Llegamos y subimos por los pelos.
Elliot hoy no ha cogido el autobús así que me acoplo al lado de Nico, que me mira.
—¿Qué?
—¿No vas con Elliot?
—No está en el autobús, tonto —pero sé que está sospechando algo.
—¿Y no ha venido a verte?
Aparto la mirada y miro a través de él hacia el cristal.
—Ya veo —comenta y también gira la cabeza hacia la ventana. Poco tiempo después, abre la boca—: ¿Qué ha pasado?
—¿De qué?
—Con Elliot.
—Nada. Solo me apetece desafiarle —contesto mientras abro mi sudadera. Él mira como hipnotizado a la camiseta.
—¿No te había prohibido llevarlas?
—¿Por qué crees que digo que voy a desafiarle?
—Pensaba que te habías ido a cortar el pelo, dejarte el pelo corporal largo... Yo qué sé.
—Sabes que a él le daría un algo si pareciera con las axilas llenas de pelo y, encima, tuviese que "pincharse" con los pelos de mi pubis en su blandita y juguetona polla.
Nick ríe en voz baja por si alguien de sus amigos está en el autobús. A mí me da igual, no serán capaces de tocarme si intentan algo.
—¿Cuál crees que será su reacción al ver tu desafío?
—Dos. O pasa de ello, o me la liará delante de sus amigos para que no piensen que la fiera se ha despertado.
—Pero la fiera ha despertado.
—Claro que sí —fijo mis ojos verdes en él y le sonrío.
—¿Va a haber más de esto?
—Depende —replico.
—¿De qué?
—De cuanto más intente mantener su control sobre mí.

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Esto es una muestra de la “novela” que estoy escribiendo en Wattpad. Sé que esto es SPAM pero creo que se merece la oportunidad de que la leáis y os seduzca (o al menos lo intente). También podréis encontrar más capítulos en Escritos/Fuck Off.
Espero que la disfrutéis casi tanto como yo creándola.

Un beso.

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