sábado, 30 de mayo de 2015

Movies #10

Buenos mediodías.

Hoy traigo mi opinión sobre una de las películas de misterio que más me marcaron, sobretodo por la protagonista de la saga.

Ficha técnica
Título: Millennium I: Los hombres que no amaban a las mujeres.
Título Original: Män som hatar kvinnor (Millennium I).
Director: Niels Arden Oplev.
Origen: Suecia.
Duración: 145 minutos.
Año: 2009.
Género: Thriller, Intriga, Misterio.





Sinopsis (SPOILERS)
La adaptación del sueco es más liberal en muchos puntos con respecto al libro.
La película empieza con la apertura de un paquete del que sale un cuadro de flores que acaba junto a otro montón de cuadros en una pared. Saltamos al juicio de Mikael Blomkvist contra Wennerström, en el que es juzgado y se haya culpable teniendo que pagar daños y perjuicios contra el industrial, lo que lleva a tener una discusión con la co-fundadora de la revista Millennium, Erika Berger. Saltamos desde las calles de Estocolmo al ordenador de Lisbeth Salander a través de las fotos de Blomkvist, tras lo cual se pone a piratear algo. Volvemos a saltar a la empresa donde Lisbeth trabaja como “detective” donde salen dos hombres, uno en traje oscuro que habla sobre la muchacha en cuestión, que es su jefe el señor Dragan Armanskij y el abogado del Grupo Vanger, Dirch Frode. Entra Lisbeth en escena, entrega el informe y después Frode le hace un par de preguntas (aquí sale la anécdota de que, al principio de su carrera, a Blomkvist le llamaban Kalle Blomkvist como una especie de broma debido a unos libros infantiles de moda) y, luego, pide la opinión personal de ella misma sobre el periodista, a lo que ella responde que piensa que a Mikael le tendieron una trampa con el tema Wennerström; tras esto, la joven se marcha airada. Volvemos a saltar a una escena familiar en una cena de Navidad (como nos dirá Frode por teléfono después), donde se habla de la sentencia del periodista, le llaman por teléfono y resulta ser Frode. CHAN CHAN CHAN. Que le dice que debe ir a Hedestad debido a que su cliente, Henrik Vanger, quiere comentarle un asunto en persona. Vemos al periodista viajando en tren con unos documentos que demuestra que le han informado y, planazo del viejo que hemos visto al principio colgando cuadros; vemos a Frode y Blomkvist viajando hasta la casa del anciano. Entonces tenemos una escena de un plano general de una enorme casa. Henrik sale a recibir al periodista en plan: a qué te la meto por detrás. Luego, se va a una sala le muestra fotos de que él, Mikael Blomkvist, vivió allí un verano siendo muy niño, le cuenta unas cosas preciosísimas sobre Harriet (la niña de sus ojos) y (mira por donde se quitan una generación de Vanger porque ahora dice que es su sobrina, no su sobrina nieta) le suelta el bombazo de que está completamente seguro de que alguien la asesinó. Más fotos, más fotos. Y volvemos a la trama de Salander, en ella se ve que el antiguo tutor de Lisbeth ha tenido un problema de salud y hace acto de aparición el abogado (del Diablo) Nils Bjurman, hombre campechano (partidario de que a las mujeres se les ponga mordaza) y le hace chantaje a la pobrecita Lisbeth, además de hacerle preguntas del tipo personal que a la muchacha no le interesa en absoluto. Blomkvist y Henrik siguen hablando del suceso de Harriet, todo muy sentimental. Seguimos. Lisbeth se cuela en el portátil de Blomkvist (ay, niña traviesa); después aparece en el metro y la vemos ponerse fiera con unos abusones que le rompen el portátil. Aparece Plaga, el amigo simpatiquete y poco ácido (¡mentira!) que toda chica quisiera tener, que le dice que necesita un portátil nuevo. WAIT! Es una tía que entiende de ordenadores y ¿no sabe que el Mac se ha ido a la mierda cuando está desgajado por la mitad? Menuda informática de mierda. Volvemos a Hedeby, donde Blomvist pone su cuartel secreto (al menos en el libro su misión era secreta, en esta peli lo sabe hasta el primo del pueblo), le traen todo lo que necesita del caso Harriet. Salen los demás miembros de la familia (al menos los importantes porque a muchos miembros los han obviado o se han muerto, ¡qué penita!) y Mikael hablando con Henrik sobre todos los miembros, a cada cual más malo que el anterior. ¡Hurra! Sale la historia nazi de la familia Vanger y también el hermano de Harriet, Martin Vanger; un hombre también muy campechano, simpatiquete y la mar de soso que no interesaría ni a la mujer más aburrida. Martin desaparece de escena y Mikael sigue investigando por Hedeby, encuentra la biblia de Harriet y, de la nada, aparece la prima hermana de Harriet; la primita Cecilia, que el caso de Harriet le importa un comino, además de que se permite bromear sobre la muerte/desaparición de ésta. ¡Oh! Algo importante, Gofric Venger la palmó en el pequeño puerto de la cabaña en la que vivía; y Harriet iba a allí como quien va al jardín. ¡Qué tétrica es esta familia por Dios! Yo soy Blomkvist y salgo de allí como si fuera aquello el infierno.
Blomkvist, absorvido por el misterio, va a hablar con el agente encargado del caso el policía Morell le dice que pase del asunto, que sólo consigue alargar la locura del viejo señor Vanger, además de explicarle que ya intentaron averiguar qué son los números del diario de Harriet. Un callejón sin salida.
Avispa sigue sin ordenador así que va a utilizar uno en casa de Plaga, donde sigue investigando a Blomkvist desde él y poniéndose al día del tema de los Vanger. Por supuesto, Lisbeth, hasta el coño ya, quiere comprarse un ordenador nuevo así que le pide dinero a su administrador, el abogado del Diablo, que acaba consiguiendo una mamada por el módico precio de 7.000 coronas que son de la propia chica. Vemos una escena realmente asquerosa de Salander limpiándose la lengua con jabón de manos, cosa que tiene que ser tóxica por huevos.
Volvemos a la trama del periodista, que consigue las fotos del desfile del Día del Niño (que allí es en Septiembre) y le vemos investigándolas todas con una lupita, como los abuelos, en busca de las fotos que necesita. ¡Cena familiar con la lúgubre familia Vanger! Cecilia, la graciosa de la familia, y Martin, el simpatiquete (Liv, novia de Martin, desaparece de esta peli porque los enfermos no tienen novia, niños), hablan de Wennerström de las patrañas que se ha tragado Blomkvist, finalmente Martin invita a un caro licor (eliminan los chillidos de terror de una de las víctimas de nuestro cerdito simpatiquete). Lisbeth vuelve a quedar con Bjurman, esta vez con una cámara bajo el brazo para chantajear al majísimo abogado diabólico; por supuesto, la joven muestra su fiereza desde el principio y, de pronto, toma esposas, toma ataduras y toma violación anal; finalmente vemos a Lisbeth caminando por Estocolmo cojeando y con un dolor de trasero importante (no voy a hacer bromas porque no entran en este momento), se pone a ver la cinta que ha grabado (demostrando tener los ovarios triangulares). Mikael, mientras, ha encontrado a alguien que podría saber quién está detrás del asesinato de Harriet; lo consigue de una de las fotos del festival del Niño (no entiendo cómo su ordenador puede poner el contraste más alto de la historia y mi ordenador no puede permitirse más allá de cuatro retoques en el Photoshop, porque sí, señores, es Photoshop lo que usa el periodista). Se va a ver a la señora que hizo las fotos y CHAN, CHAN, CHAN, tiene las fotos supercuidadas y bien a la vista (en el libro ponía que estaban casi hechas trizas debido a que la mujer ni siquiera las había guardado correctamente). Entonces se ve la silueta borrosa del supuesto asesino de Harriet. CHAN CHAN CHAN.
Lisbeth vuelve al pisito de soltero de Bjurman, se presenta con una aguja de tatuar, un bicho de electroshock y muchas ganas de venganza; le da con la porra eléctrica esa, lo ata a la cama de pies y manos (demostrando una habilidad con los nudos que ya quisieran muchos fetichistas), le penetra analmente con un consolador, le obliga a ver el vídeo y después pacta con él, para luego tatuarle que es un cerdo sádico y un violador (aquí sale la cara del abogado pasando de puro terror al odio más ferviente, un aplauso para el actor). Después, Lisbeth descubre que es lo que quiere decir Harriet con las siglas y los números (aquí ni hija ni pollas, Lisbeth es una tía tan sumamente leída que hasta ha leído la biblia, acordándose de cada párrafo) dejando de cateto a Blomkvist que lleva investigándolo durante bastante tiempo. Y, por fin, está el encuentro entre los dos protagonistas; media película para encontrarse. Se une a la investigación porque le pone tonta el periodista cateto, empieza a investigar los casos que tienen que ver con las citas bíblicas, encuentra uno y van para allá, demostrando que tenía razón. (Lisbeth 2 - Blomkvist 0) Aquí hay una pequeña escena para unir la primera película con la segunda y la tercera, la chica se cabrea porque el macho la despierta; encuentran más casos que tienen que ver con las siglas y los números, así que se emocionan y eso lleva al sexo (al menos es natural), el sexo lleva a unirlos más como compañeros de trabajo (?).
Mikael va a contarle todo a Morell, que de pronto vuelve a ser optimista y se pone a buscar el último caso que no encuentran ninguno de los dos investigadores (srly?). Pasa que Henrik tiene un infarto y la familia, nerviosa, quiere que el periodista deje de investigar el caso de Harriet Vanger (¡qué novedad!) y, al fin, aparecen más Vanger, que lo único que hacen es querer echar al pobre hombre de Hedeby, entre ellos la madre de Harriet (que el tío se largue, a pesar de que está acercándose al final del enigma, ¿casualidad? No lo creo y vosotros tampoco. ¡Ella es la asesina!) que directamente culpa del infarto a Mikael. Oc, tía, oc. De pronto, Cecilia lleva el colgante de Anita Vanger (es su hermana, no ha salido antes porque está muerta, ¡de cáncer! Realmente, en el libro está vivita y coleando cual sirenita en Londres) y, por la luz vigía de santa Catalina, Mikael se da cuenta que ambas se parecen muchísimo (ambas son preciosas, reconocerlo), ambos, sin demasiado que perder, le piden a Plaga que investigue a la pobre difunta pero CHAN CHAN CHAN alguien se quiere cargar a Blomkvist disparándole (ya hay que ser manco que con un rifle con mirilla y 6 balas disparadas, sólo le rozan la cocorota). De pronto, de la manga, Lisbeth se saca unas supercámaras guapis pistachis y las pone por toda la casa para vigilar cada movimiento no deseado, sin pensar que ella folla con el tío así que ya podéis encontrarlos por Porntube amigos.
Por fin, se ponen a pensar un poquito en que todas comparten nombres judíos; todo apunta a que el tito Harald Vanger tiene la culpa de todo y ¿qué se debe hacer cuando ves un culpable que estás seguro que te ha disparado? ¡Colarte en su casa para encontrar pruebas! Pero, what?! Blomkvist se lo encuentra (dispare, ostia, ahora sí que se lo merece), sin embargo aparece el cerdito majete Vanger, que se lleva al periodista a casa, le ayuda y va a llamar a la poli. Y, ¡cataplam!, te encuentras en el sótano del loco más loco de toda la jodida y lúgubre familia Vanger, a punto de morir asesinado por el que parecía el majete y el inocente; que relata todo lo que vivió antes y después de la muerte de su padre. Mientras, Salander, está en los archivos del Grupo Vanger, revisando las facturas para ver si alguien de la familia coincide con el asesino. ¡Tachán! Gofric Vanger y su hijito cochinil, decide que es momento de ir a avisar al tontaco de Mikael cuando le revienta las costillas al Vanger loco y le salva el pellejo, después ve el accidente de tráfico que le lleva a su más tierna infancia (lo cual te hace pensar que Lisbeth igual sí que esté algo mal de la olla). Martin muere, Mikael le cuenta todo a Henrik, Morell y Forde.
De pronto vemos al periodista conduciendo por un lugar muy árido hasta llegar a un rancho de ovejas, una tía muy atractiva y muy rubia (que resulta ser Harriet) le cuenta todo a él y su tío (abuelo) Henrik sobre las violaciones y los abusos que tenía por parte de su padre y su hermano; así que decidió huir de todo aquello, haciendo de Anita su tapadera (porque sí, señores, se hizo pasar por la difunta cancerígena, ¡olé sus ovarios!) y todo acaba con Mikael en la calle y con archivos que le da Lisbeth para encerrar al industrial Wennerström.

¡COLORÍN COLORADO, ESTE CUENTO SE HA ACABADO!

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