lunes, 4 de abril de 2016

Capítulo 136

Buenas noches, amiwis.

Hoy, después de mucho tiempo, he cogido todo el valor de la casa Gryffindor, me lo he cargado en la espalda y he hecho lo que jamás debería haber hecho: saciar mi curiosidad.

Hace bastantes años mantuve un tonteo bastante serio con un hombre que era bastante mayor que yo; el tonteo empezó como un tonteo cualquiera, bueno cualquiera tampoco porque, como ya he dicho muchas veces, para mí el sexo es la cosa más natural del mundo; así que el tonteo empezó como tiradas de caña horribles y mucho erotismo incorporado.

A ver, tenía veinte años, “recién” (recién pero la perdí con 17 xD) estrenada mi sexualidad y mis hormonas bailaban claqué; más de lo que bailan ahora. Al final, todas las tiradas de caña pasaron de whispeos en el MMORPG a darnos el messenger (me siento mazo vieja T_T); tras lo cual se convirtió en normal que pasáramos horas y horas hablando tontamente. Sólo puedo decir que un día yo no dormí por quedarme hablando con él.


Aunque claramente todo aquello me gustaba y disfrutaba, o sea, me pasaba el día hablando con él: movidas de casa, historias que tengo guardadas, cosas de este mismo blog, e incluso en una red social utilicé el mismo mote que me puso una vez. Ya sé que ahora no soy pelirroja pero, bueno, ahí se ha quedado el nick. Matadme.

En fin, que al parecer a él le gustaba sin embargo no me había dicho nada a pesar de mis piedras enormes y vigas del tamaño del Empire State Building; porque ¿cómo coño iba a imaginarme que un tío iba a corresponderme? No, no he mejorado mucho en lo que se ha refiere a autoestima. Bueno, al final le dio por decírmelo cuando empecé a quedar con un tío. Por supuesto, como enana hormonada, ni me planteé no tirarme más de una vez. Como buena Bridget Jones que he sido hace tiempo, me hice ilusiones y pensé que estaba saliendo con esta tercera persona hasta que desapareció cual ninja con una bomba de humo. Con lo fácil que hubiera sido decir: oye, que sólo quiero un polvo.


El caso es que no me lo dijo ni él, me lo soltó la jefa de nuestra legión del juego y, claro, yo en plan: ¡que no, que sólo somos amigos! Pero cuando se lo dije por MSN, me dijo que era verdad. Claro, que entonces “salía” con el ninja; así que él mismo se apartó diciendo que no quería estropear mi relación. Aunque siempre hubo tonteo entre ambos y tal. Después de todo esto, dejamos de hablar. Siempre pensé que era porque le hice daño y me culpaba a mí misma por ello. Así que esa posible relación que pude haber tenido se convirtió en una fantasía, algo que siempre quedaría etéreo en mi memoria.

Hasta que hoy, he sido demasiado Gryffindor; más que nunca en mucho tiempo, y he vuelto a hablar con este hombre. No sé cómo su número había quedado guardado en la memoria en todo este tiempo. Así que decidí hablar y, de paso, saciar mi curiosidad y dejar las dudas claras. Hasta que ha soltado una frase que directamente ha sonado: “No merecías la pena”.
Vale, yo me lo cargué y me parece bien que me tenga algo de rencor porque sé que algo de pupa le pude hacer con mi comportamiento o con mi forma de ser o lo que fuera, pero que me suelte eso cuando he estado releyendo todo y parecía que él si estaba interesado. Por supuesto, yo que no puedo evitar analizar todo, he pedido ayuda a un amigo para ver si desde el punto de vista masculino había algo que yo no hubiera captado. El hijo de puta se ha ido a dormir dejándome con la duda. xD

Y, a pesar de tener pareja, me ha sentado tan mal que me he puesto a llorar; no sé, para mí él si valía la pena y hubiera hecho lo que fuera por que pasara algo, supongo que da igual lo mayor que sea, los hombres me harán daño igual. Finalmente, podré cerrar la cicatriz de la fantasía y dejarla como es, una fantasía tonta de una veinteañera.

Agur.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te ha gustado, si quieres comentarme qué es de tu vida.
¡Comenta!