jueves, 15 de marzo de 2018

Capítulo 147

Buenas noches, amiwis.

Me siento sobrepasada con todo: el trabajo, la vida adulta, el sentirme un cero a la izquierda del mundo en general. Eso hace que en mi cabeza se creen pensamientos oscuros y dolorosos.

Os cuento todo desde el principio.

El comienzo de esta semana no ha sido el mejor del mundo ya que el lunes comenzó con que mi compañera directa (o sea, la otra servicios generales) no se personó a trabajar y, según mis jefas, estaba mala. Todo bien, si no fuera porque esta es mi semana larga y llevaba sola desde el fin de semana que ella libraba; así que se me ha juntado el cansancio de tener mi semana larga (que dura desde el viernes hasta el sábado de la semana siguiente) con el hecho de estar sola los tres días que compartimos. Hoy, encima, que me ha llegado una cuerda verde chula y por enseñársela a un compañero (llamémosle Logan) y la he dejado por ahí, con lo cual la he perdido por algún lado. Así que añadamos el agotamiento, el estrés, el sentimiento de culpabilidad de perder algo más el hecho de que ya iba arrastrando un sentimiento oscuro y siniestro de no valer para nada.

Todos sabemos lo que pasa cuando las nubes empiezan a juntarse unas a otras y te encuentras con un cielo color carbón encima; más hay que añadir el desgaste que conlleva llevar una máscara 24 horas seguidas; porque al ser joven parece que no puedes estar harta de tu vida ni sentirte vacía por dentro; siempre tienes que ser alegre y ser feliz con lo que te toca convivir. Tengo casi 27 años y no me siento satisfecha con mi vida. Me siento mediocre. Me siento una más de la cadena social. Y encima no puedo mostrar nada porque la gente no lo comprende.

He hecho mi trabajo y una de las visitas de una de las ancianas del centro, me ha dicho que soy guapa y le ha preguntado a este compañero, lo que éste ha puesto caras sin responder. Joder, qué mínimo que responder, ¿sabes? En parte, me ha molestado; me hubiera gustado que respondiese, a secas. En mi cabeza ha empezado a tronar un pensamiento:
     Eres fea. No te creas nada.
            ¿Qué esperabas?
                      Tú sólo sirves para ser la buena amiga.
                          La tonta de Lara que sólo sirve para ser buena.
                                       Date cuenta.
                                                Eres reemplazable.
                                                            Eres reemplazable.
                                                                    Eres reemplazable.

Mi estado anímico no era precisamente el mejor. Y a Logan le he preguntado que qué tal estaba el cómic de X-23 para intentar quitarme ese asqueroso pensamiento de encima. Necesitaba quitármelo o al final podría conmigo. El cual nos ha llevado a un pequeño debate en el que yo he dicho que me parezco a Lobezna y él me ha respondido: «Ni de coña».

Pensando en el origen de X-23 (o Laura Kinney), la verdad es que me he dado cuenta de que tengo razón; sí que me parezco: ambas tenemos un algo dentro que no podemos desvelar y por el cual debemos autocontrolarnos con disciplina para que no pueda con nosotros. Lo suyo es el olor ese que la obliga a ser una bestia; yo debo controlar mi propia mente para que no me convierta en una persona con la que nadie quiere nada. Supongo que la gente me ve como una persona normal de su edad, que se ríe, que disfruta de la vida. La verdad es que no lo sé, lo que quiero es que piensen que soy normal.

Al final de la jornada, me he ido a llorar a uno de los pisos de residentes, no podía aguantarlo más y como sé que a nadie le gusta ver llorar a otra persona ni me gusta mostrar mi tristeza, me he puesto llorar a solas, esperando que así todo se acabase. Por supuesto que no.

Como ha estado lloviendo un montón durante toda la tarde en la localidad donde trabajo, pues estaban comentando los compañeros que no sabría si podría volver a casa y uno le ha dicho a otra.
—¿No tienes perrera?
Al parecer debo tener cara de chucho o de que me gusten los huesos.
—Pues no —ha contestado la otra.
El comentario me ha sentado como el puto culo. A lo que Logan ha añadido:
—Pues que se quede en el porche.
—No, hombre, tengo camas libres.
¡Claro! Al parecer ahora soy la puta basura de todo el mundo. Ya, cabreada de la gran valoración hacia mi persona:
—Mejor duermo en la perrera, a ver si así cojo frío y me tengo que dar de baja por neumonía y os dan por culo a todos —para acabar sacando el dedo corazón.
No estaba para putas bromas y menos para que me traten como una puta basura que pueden tirarse entre ellos. Nadie sabe lo mal que sienta eso y menos cuando te has abierto a una persona que piensas que te va a comprender y te encuentras con la misma mierda de siempre; he fichado y me he quedado hablando con la compañera de antes. Pero, bajando a la parada del autobús, todo ha sido un efecto dominó y yo solo he podido llorar, llorar y pensar que he sido una estúpida pensando que alguien me comprendería. No sé para qué coño me abro a nadie, no sé para qué coño pongo algo de esperanza en la humanidad.

Tengo que hacerme con una armadura más gorda.

Agur~

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te ha gustado, si quieres comentarme qué es de tu vida.
¡Comenta!